martes, 11 de diciembre de 2007

Nuevas relaciones. Santa María de Trastévere una "Profecía para las relaciones humanas"

"Vino nuevo en odres nuevos"
Queremos construir algo nuevo

Si vas a Roma no dejes de visitar la iglesia paleocristiana de "Santa María de Trastévere". Enclavada en una recoleta plaza de uno de los barrios más típicos de Roma, fue fundada por el Papa Calixto I en el año 220 y reformada en el siglo XII por el Papa Inocencio II, entre románica y gótica.
Al entrar y recrearnos en su bella decoración, si miramos con detalle, nos llamará la atención las figuras de Jesús y María; majestuosas, al estilo bizantino con toda su realeza. Lo que más nos sorprenderá es verlos sentados en el mismo trono. Comparten asiento, de igual a igual, presidiendo la Comunidad Cristiana de entonces y las Comunidades venideras. Los primeros cristianos lo entendían muy bien, de manera natural pues después de la muerte y resurrección del Maestro, quién asumió la autoridad en el grupo fue María de Nazaret, la Madre de Jesús. Aquella primera Comunidad se reunía con ella para orar, conversar, realizar actividades de cuidado y ayuda... Así nos lo hace saber Lucas en su texto "Hechos de los Apóstoles". Los cristianos la amaban y respetaban tanto que el clamor popular tuvo su eclosión en el Concilio de Éfeso (431), proclamando a aquella elegante mujer de Nazaret "Madre de Dios".

Según pasaba el tiempo y el cristianismo se acoplaba a la cultura griega y romana, aquellos varones que se incorporaban, de cultura patriarcal y que no llegaron a convertirsen totalmente a las enseñanzas de Jesús, fueron relegando la autoridad y sabiduría de la mujer y replegándola al hogar, se anula y se persigue incluso hasta la muerte. Poco a poco, hombre y mujer se van distanciando y sus relaciones vuelven a ser enfermizas.
Las relaciones Hombre-Mujer de quienes se sienten seguidores de Cristo, deben mirar el Evangelio para poder llegar; ya, aquí y ahora, a ser espejo de otros y poder contribuir a que la humanidad avance, que otros hombres y mujeres puedan caminar en armonía. Los cristian@s podemos entendernos con formas nuevas más allá de separaciones tan fuertes como las actuales.
En la cruz, Jesús identifica una nueva familia al margen de lo biológico, nos hace "hermanos" suyos e "hijos" de María. El amor de la madre por el hijo es gratuito y desinteresado, forma parte de ella misma, es de relación íntima. La Iglesia se llama Madre y una madre mantiene una relación con el hijo de un entendimiento que sólo la mirada basta para comprender.
Unos días antes de su muerte nos había llamado "amigos". Amigos a quienes se les confía los mayores secretos, amigos libres y sin ataduras. Amigos para trabajar en un proyecto común: mimar la Tierra, el Universo, Cuidando a los Seres Humanos y Ayudándonos unos a otros.
Caminar en relación de "compañeros" como nos relata el Génesis, en igualdad.
Caminar como pareja de "enamorados" para gozar de la Creación, de los placeres que Dios pone ante nuestros ojos para saborear y deleitar los sentidos. El Antiguo Testamento nos hace referencias continuas al amor de Dios por su pueblo, como un enamorado con su novia, como la pareja enamorada del "Cantar de los Cantares". El milagro de la conversión del agua en vino del Evangelio pasa por el amor de unos novios. El Amor necesita de novios y novias, de amantes con el corazón latiendo fuerte, los pies ligeros y los brazos abiertos al abrazo, a los besos tiernos... El Reino de los Cielos para Jesús es un banquete de enamorados al que todos estamos invitados y revestidos con el esplendor de la Humanidad. Así nos quiere Dios que es el Amor más grande, como hombres y mujeres enamorados, así quiere que sea nuestra relación en la tierra y ellende el Universo.
La Iglesia (primicia del Reino) está llamada a ser avanzadilla en las relaciones humanas, punto de mira de otras comunidades por su buen hacer. De la primitiva Iglesia pudieron decir "mirad como se aman". Sólo esta frase grabada en los textos debería grabarse en el corazón de cada cristian@. Si la Iglesia se queda estancada en viejos patrones, en tradiciones obsoletas con estructuras basadas en poder, y grandes diferencias entre hombres y mujeres que los distancie y los haga ver como enemigos, sólo será objeto de punto de mira negativo. No podrán decir lo que dijeron de aquellos que nos precedieron. Será una Iglesia apartada y poco a poco irá agonizando. Le puede pasar lo que a la mujer de Lot, quedarse petrificada. No servirá al Reino de los Cielos (el que mira atrás no sirve para el Reino de Dios decía el Maestro de Galilea). La "Buena Noticia" necesita tener la vista puesta en el horizonte. La mirada;más allá, más allá. Necesita de gente osada y dispuesta al avance. Sólo viejos, obsoletos y con la mirada de añoranza en el pasado no sirven al AMOR.
Santa María de Trastévere y su mosáico de Jesús y María es como una profecía en el avance de las relaciones entre hombre y mujer. Los dos con la belleza del principio: hermanos, amigos, enamorados, filiales, experimentando en el camino la belleza de la Creación.