domingo, 28 de octubre de 2007

La Mujer "Transformadora de Conflictos" Portadora de PAZ



La investigadora Carol Gilligan desarrolla su teoría sobre "Ética de los Cuidados" partiendo de las necesidades de todo Ser Humano y su entorno. Atender estas necesidades es una tarea primordial de la sociedad. Su teoría se fundamenta en la "Cultura de la Paz", en la "No-Violencia".

María visita a su prima Isabel


Mahatma Gandhi (1869-1948) contaba como aprendió la no-violencia de las mujeres sufragistas inglesas. Sus armas eran: huevos y harina. También por su admiración hacia Jesús de Nazaret y su mensaje de Paz.

Hoy la Ciencia está descubriendo el gran potencial que porta y ha desarrollado a lo largo de milenios la mujer como "transformadora de conflictos". Mirando su experiencia y manera de actuar, observamos que ella es la primera que entabla negociaciaciones cuando surgen conflictos: en la casa entre hermanos, en la escuela entre compañeros, en los juegos entre amigos, entre vecinas... Esto no se ha tenido en cuenta y la experiencia de la mujer ha sido desperdiciada. Hoy es necesario contar con su experiencia en mesas negociadoras donde se estudian conflictos para transformarlos en buen entendimiento y paz.

Si estudiamos con mirada inteligente (la tierna y amorosa, la que se ocupa de descubrir necesidades y atenderlas) la del Evangelio, veremos que la primera bienaventuranza que aparece la pronuncia una mujer (Isabel) y la dirige a otra mujer ( María de Nazaret)

"Bienaventurada, dichosa tú porque has creído"

El abrazo entre las dos mujeres es un acto de Paz Evangélica, Paz Universal. El Cántico que María pronuncia (el Magnificat) es una invitación apremiante a la paz, concordia, justicia y a satisfacer las necesidades humanas. Es una llamada de atención urgente hacia los más pobres. Ellas eran "las pobres de Yahvé". María e Isabel recogen la antorcha de otras mujeres, que según la tradición de Israel, fueron llamadas a transformar conflictos (María, Débora, Ana, Ester, Judit...). Nos la pasan a todas las generaciones. Es un cántico profético.
Jesús de Nazaret no hubiese podido pronunciar el Sermón de la Montaña con las Bienaventuranzas incluidas, si esos sentimientos y esas formas de actuar no las hubiese visto y aprendido de las mujeres, (su madre, sus abuelas, sus tías, sus vecinas...) sus maestras más tempranas y cercanas.

La Iglesia Cristiana está necesitada de crear espacios e iniciar procesos donde pueda "transformar conflictos". El principal de todos, el que tiene entre hombre y mujer. La Liturgia, especialmente los actos que se realizan por la Paz, (oraciones, encuentros en el diálogo, estudios sobre el tema en el Evangelio...), tienen necesidad de que sean integradores. Se cuente con la presencia de la mujer, su pensamiento y acciones. La figura de María, Isabel y otras mujeres de nuestra historia, presentadas como modelos junto a los varones. La paz empieza entre el hombre y la mujer, en su intimidad y encuentros cotidianos. Sólo así se hará extensiva a la Comunidad y llegará a los Pueblos. La Creatividad Sabia e Integradora estará presente en la Liturgia si queremos que realmente se haga extensiva a la sociedad. Una Comunidad que transmite paz en todas sus acciones tendrá futuro, de no ser así producirá rechazo y sólo será un pequeño grupo; fervoroso, sí, pero sin impacto social.
El Magnificat y las Bienaventuranzas no deberían separarse. Los dos textos forman una unidad y un equilibrio entre hombre y mujer que caminan con la mirada puesta en el Bien. Ambos con intereses comunes: El bien de la Humanidad, la Felicidad del Ser Humano. Los dos textos forman parte y contribuyen a la "Cultura de la Paz" por descubrir y atender necesidades humanas especialmente de los más necesitados. Una mujer y un hombre con mirada inteligente.